Debemos a la pluma de Octavio Paz la sensación de esta tarde
El cielo se desangra en el cobalto
de un duro mar de espumas minerales;
yazgo a mis pies, me miro en el acero
de la piedra gastada y del asfalto:
pisan opacos muertos maquinales,
no mi sombra, mi cuerpo verdadero.
lunes, 21 de abril de 2008
lunes, 14 de abril de 2008
Remitente
Oscurece, el viento trae un verso profético del poeta tabasqueño José Carlos Becerra
Invernará la noche en mi pecho.
No era necesario saberlo.
No tiene importancia.
Espero una carta todavía no escrita
donde el olvido me nombre su heredero
jueves, 3 de abril de 2008
Recuento
La tranquilidad de nuestra navegación nos lleva a reflexionar, esperamos que por última vez, en lo que arrastró la tempestad. En palabras del poeta Manuel José Othón
Quise entrar en tu alma, y ¡qué descenso,
qué andar por entre ruinas y entre fosas!
¡A fuerza de pensar en tales cosas
me duele el pensamiento cuando pienso!
¡Pasó!... ¿Qué resta ya de tanto y tanto
¡Pasó!... ¿Qué resta ya de tanto y tanto
deliquio? En tí ni la moral dolencia,
ni el dejo impuro, ni el sabor del llanto.
Y en mí ¡qué hondo y tremendo cataclismo!
¡qué sombra y qué pavor en la conciencia
y qué horrible disgusto de mí mismo!
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