domingo, 13 de julio de 2008

Huellas

Los rastros del oleaje en la arena evocan el poema 20 de Pablo Neruda:

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

jueves, 10 de julio de 2008

Lluvias

La sensualidad de estos días nublados es descrita por la pluma de Ramón López Velarde

Tardes como una alcoba submarina
con su lecho y su tina;
tardes en que envejece una doncella
ante el brasero exhausto de su casa,
esperando a un galán que le lleve una brasa;
tardes en que descienden
los ángeles, a arar surcos derechos
en edificantes barbechos;
tardes de rogativa y de cirio pascual;
tardes en que el chubasco
me induce a enardecer a cada una
de las doncellas frígidas con la brasa oportuna;
tardes en que, oxidada
la voluntad, me siento
ácolito del alcanfor,
un poco pez espada
y un poco San Isidro Labrador...

jueves, 3 de julio de 2008

Destino

En palabras de Charles Baudelaire las razones de la travesía

Pero los verdaderos viajeros son sólo los que parten
por partir; corazones ligeros, iguales a los globos,
que nunca se separan de su fatalidad,
y, sin saber por qué, dicen siempre: ¡Adelante!;

aquellos cuyos deseos tienen forma de nubes,
y que sueñan, como sueña el recluta con el cañón,
con inmensos deleites, ignotos y cambiantes,
¡que el espíritu humano nunca supo nombrar!