No me he detenido a ver el amanecer, aun sigo en el puerto del que partiré. Hoy me conmueve la evocación de José Carlos Becerra
Sufro, sufro de esa moneda
que redondea a la mano inútilmente.
Sufro como sentir pequeña espina
en la mirada fija de las lágrimas.
Sufro la cañamiel de una canción muy tonta.
Sufro el esparcimiento de una muerte insepulta.
Sufro la profundidad de los ríos
donde la noche tienta a los ahogados.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario