Nos desplazamos en la oscuridad, bajo un cielo sin Luna ni estrellas, con la sensación que describe Xavier Villaurrutia en Nostalgia de la muerte.
Y no basta cerrar los ojos en la sombra
ni hundirlos en el sueño para ya no mirar,
porque en la dura sombra y en la gruta del sueño
la misma luz nocturna nos vuelve a desvelar.
Entonces, con el paso de un dormido despierto,
sin rumbo y sin objeto nos echamos a andar.
La noche vierte sobre nosotros su misterio,
y algo nos dice que morir es despertar.
sábado, 3 de noviembre de 2007
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