El viento es débil, no logra conducir nuestra navegación; sólo nos trae sonidos lejanos, entre los que podemos escuchar aquel lamento que alguna vez escribió Antonio Machado
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón."
viernes, 30 de noviembre de 2007
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